25 de gen. 2014

Populismo


"Si queréis echarme, tengo a la gente"; "si queréis ir contra mí, tengo a la gente"; "si vamos a la guerra, tengo a la gente". Salvo se quitó el corsé y usó el escudo de las masas para arremeter contra enemigos más poderosos que él, cayendo en un acto de populismo muy peligroso, como se vio en un momento dado de la asamblea, cuando ante un rumor infundado un público encolerizado se giró contra la prensa que estaba cubriendo el acto. También estaban por allí los Yomus, ¿casualidad que fueran los agitadores de la velada? El discurso del presidente sigue teniendo lagunas, y lagunas muy importantes, pero está sabiendo jugar sus bazas ante entidades que sabe que no tienen la simpatía del populacho. Hasta consiguió lo impensable, que Mestalla, tras años de silencios cómplices ante la extorsión y el saqueo del Gobierno Valenciano, arremetiera contra estos. El dirigente se ha parapetado tras el aficionado para continuar una batalla desigual. Un recurso que denota debilidad, el recurso del que se sabe perdedor y pretende dar un golpe de efecto agitando a la calle.

Es palpable que el tono de agresividad está aumentando en todos los ámbitos. Hoy en día criticar aquello que no te gusta de alguien que te gusta se ha convertido en una invitación para ser insultado y atacado. Hemos llegado al peligroso escenario del 'conmigo o contra mí'. Si de alguna cosa sirve la historia es para enseñarnos que los revolucionarios acaban convirtiéndose en algo peor que aquello contra lo que lucharon. El aficionado debería mantener un espíritu crítico en todo este asunto para evitar en un futuro sentirse engañado y utilizado, evitar caer otra vez en los errores que nos llevan a cometer los entusiasmos desenfrenados. Está claro que cualquiera en su sano juicio estará antes con el presidente del VCF que con un desconocido; pero una cosa es estar con el presidente del VCF y otra entregarle un cheque en blanco. No olvidemos los peligros que entraña iniciar una guerra de consecuencias impredecibles, y no olvidemos tampoco que quien pagará esas consecuencias será la institución y todos nosotros con ella.

"Han intentando bloquear el VCF, no nos dejaban descontar pagarés avalados del traspaso de Soldado". En todo el maremágnum nocturno esa frase ha pasado desapercibida. Una frase que nos suena de algo; pregúntenle a Vicente Soriano - justo se cumplen cinco años de aquello - sobre bloqueos y derrocamientos. Ése está siendo el gran triunfo de Salvo, su espíritu irreductible. Hasta el momento, churreros de barrio habían ocupado la silla presidencial, hombrecillos sin dignidad que se empequeñecían en cuanto pisaban un palacete o les hacían visitar Madrid. El establishment se ha topado con un empresario de verdad, con un empresario formado, que es de este siglo, que ha visto mundo y que no depende de un cargo en un equipo de fútbol para llenar su nevera ni de los políticos para mantener su empresa. Salvo es el primer dirigente conocido que en lugar de pegar la cabotá le muerde la mano al que le ha dado de comer. Elige la opción menos cómoda para él, la de luchar en lugar de entregar las armas. Y más allá de mordérsela, le escarnia públicamente su actitud taciturna y sus malas formas. El presidente ha descubierto la realidad de este club, una entidad dirigida desde despachos ajenos a los de Mestalla, un poder en la sombra sustentado por grupos mediáticos próximos a esos despachos. ¿Descubierto? Él sabe cómo llegó y por qué llegó, pero como buen cándido que fue se creyó las bondades del sistema que lo alzó; ahora ya sabe cómo se las gastan.

Es muy loable pedir que se anule el proceso y pretender que sea la Fundación quien lo capitaneé con total transparencia. "¿Tenéis ofertas mejores que las de Lim?, cojonudo, traedlas". Llegó a soltar. Pero tuvo la oportunidad de exigir capitanear el proceso cuando Bankia les comunicó su intención de no refinanciar y sacar a la venta la SAD; en lugar de hacerlo Salvo prefirió jugar a su juego presentándoles un inversor. Aquí volvió a pecar de ingenuo, y ahora, caída la venda de los ojos, pretende que se juegue según él quiere. Llega tarde, y usar a las masas para 'tener razón' más que una genialidad parece una temeridad. KPMG ha jugado sucio, sí; todos lo sabíamos. Pero ningún dirigente de la Fundación ni del VCF dijo nada durante todo este tiempo. Bankia juega sucio, esconde sus pretensiones, tiene intereses ocultos (no de ahora, desde la ampliación de capital de 2008) y ha presionado para perjudicar los intereses del club; sí. Pero ningún dirigente de la Fundación ni del VCF dijo nada durante todo este tiempo. Lo han tenido que decir cuando se han visto derrotados. Demasiado tarde; aunque la dicha es buena.

Antes de salir a las calles con picos y antorchas, preguntémonos algo: Si realmente hay inversores preparando su desembarco en Valencia y tras lo de anoche deciden retirarse, quedándonos desamparados y abocados a oscuros escenarios, ¿a quién responsabilizamos? Bankia también tiene muchas explicaciones que dar, explicaciones que, paradójicamente, nadie del entorno le exige. ¿Por qué pasamos de las urgencias de vender el club antes del 31 de diciembre a dilatarlo hasta el exceso y sin justificación aparente?, ¿Por qué pretende vender una empresa con tal arraigo social y relevancia pública de forma secreta y sin contar ni con el VCF ni con la Fundación? La ruleta sigue girando, ahora le toca mover pieza a la Generalitat, ahora es el momento de posicionarse, de saber si están en Madrid o si están aquí, con los suyos. El gobierno Fabra puede elegir 15 patronos para controlar la Fundación y la venta, para derrocar a Salvo como hicieron con Llorente, por eso lo de anoche no tenía sentido hacerlo en una sala de prensa, había que exhibir músculo ante el enemigo, y para ello había que utilizar la baza del populismo. Porque en realidad, informar, no nos informó de nada que no supiéramos ya por la prensa. Ni siquiera desmintió que Lim no presentara oferta por escrito, confirmando así las filtraciones que lanzó el bando rival. Cuidado con los cheques en blanco, que los carga el diablo; y más en tiempos de guerra.

23 de gen. 2014

Intoxica, que algo queda

Está pasando lo que ninguno queríamos que pasara, y lo que todos nos temíamos que iba a pasar. Han vuelto a repartir palas y nos han dado la orden de cavar trincheras para adscribirnos a bandos  con los que poder matarnos ricamente. Hace mucho que se abrió la veda y en ese transcurso han ido apareciendo las viejas formas de antaño. Hablamos siempre de la casposidad del 'viejo VCF' pero no de los medios de comunicación que nacieron, crecieron y se reprodujeron bajo su manto. Son los mismos, más viejos y erráticos, que incendiaron Valencia durante el Rogismo, y ahí siguen, aplicando su método con energías renovadas. Con los años han desaparecido todos, los Andreu, los Llorente, los Roig, los Cortés.... pero no ellos, el apéndice de un VCF negruzco y atormentado que ha ido hundiéndose en la miseria hasta alcanzar el actual color de cara. No habrá evolución total hasta que personajes y predicadores no sean engullidos por el tiempo como fueron engullidos todos los demás. Y que eso pase está en nuestras manos; o mejor dicho, en nuestros dedos.

Es lo más triste de todo este proceso de venta, porque resulta asqueante como todo el mundo está pendiente del qué ganará con lo que están haciendo en lugar de preguntarse qué están haciendo, los otros, con el VCF. Esa cosa que en todo este embrollo parece no importarle a nadie, ni al banco, ni a la silla, ni al micrófono. Es una pelea a muerte entre hienas, divertida incluso si no fuera porque el trozo de carne por el que luchan tiene forma de institución nonagenaria. El desbarre alcanzó bajezas de tal calibre que también has de desayunar con esa nueva estirpe nacida al calorcito de Internet,  con todos esos gargantas-profundas que se las inventan según sople el viento para aprovecharse de la gente más cándida, engañándolos con sus fabulas con el único propósito de ganar notoriedad yendo de sabelotodos en un proceso del que casi nadie tiene información real. Y mucho menos veraz.

Pero qué más da, pedir aquí comportamientos decentes es como pedir que llueva en el Sáhara. Una gilipollez. Nadie vela por la limpieza del proceso, han bajado todos al fango a darse de hostias, a desfogarse las entrepiernas y a buscar vendettas personales aprovechando el altavoz del medio de comunicación, del puesto directivo, del cargo institucional, del Twitter o del Foroche. Todos van a lo suyo, y tonto el último te gritan si les dices algo. ¿Es casualidad que los más beligerantes con Salvo sean los mismos que han estado orbitando alrededor de Llorente y Albelda todos estos años?, no sé si el desquiciamiento de Salvo es justificable, solo sé que yo no aguantaría lo que está aguantando él. Hasta él, el que más debería abstraerse y velar por la integridad de la SAD, ha caído en este hechizo de bajezas, Salvo siendo devorado por Salvo, por su propia caricatura. Aquí ya no queda nadie libre de pecado.

Preguntas, preguntas, preguntas

Si hay que creerse que Bankia - un banco que no tiene ni idea de lo que es el VCF - buscará lo mejor para el club, ¿por qué luego hay que creerse que Salvo sólo busca lo mejor para él y no para el club? Por qué hay que fiarse de un banco que ha utilizado contabilidad B para salir a bolsa, que ha puesto facilidades vergonzosas para refinanciar la deuda de la familia Koplowitz mientras desahucia a familias humildes por 200 euros, ¿ y no hacerlo del presidente del VCF? ¿Por qué tengo que confiar en la limpieza de un proceso cuando hemos pasado de estar vendidos a TPG a que se filtre que TPG era un gancho del banco para aumentar la puja?, ¿Por qué dicen que Salvo miente cuando todo el mundo está mintiendo en todo todo el rato?, ¿Por qué todo el mundo es el bueno y Salvo el único malo?, ¿Por qué me hablan de confidencialidad cuando el banco lleva meses filtrando a conveniencia y utilizando a ciertos medios de comunicación como portavoces?, ¿Por qué nadie critica el juego sucio entre bambalinas de Bankia?, ¿Por qué este absurdo cruce de comunicados que no comunican nada? A quién me tengo que creer: ¿Al que dice que hay 3 ofertas por el club o al que al día siguiente me dice que hay 5 o 6? ¿Cuántas ofertas hay?, ¿hay ofertas de verdad?, ¿Por qué me tengo de fiar de aquellos que critican en agosto a Salvo por no plantarse ante Bankia y Generalitat y que en diciembre lo pone a parir por enfrentarse a Bankia?, ¿Por qué hay que fiarse de la Generalitat cuando ha demostrado que no son de fiar?, ¿Por qué tengo que creer en una Generalitat que brinda con champan una sentencia en su contra y que pacta la venta del VCF con Bankia para evitar que le ejecuten las garantías del aval tras pasarse años mangoneando a discreción en el club?, ¿está la Generalitat detrás de alguna oferta?¿Por qué se dice que Salvo ocultó que antes de la junta estaba con Lim en Bankia cuando fue él quien lo dijo en la rueda de prensa en la que anunció la llegada del empresario?

¿Por qué me tengo que creer lo que diga un tipo que hace proselitismo de los Toldrá y que luego critica la relación de Salvo con Mendes?, ¿Por qué dicen que Salvo sólo tiene 3 acciones a su nombre cuando todo el mundo sabe que a través del grupo Power controla un importante paquete accionarial?, ¿Por qué hay que creer a los que dicen medias verdades para poder atacar?, ¿Por qué tengo que fiarme de la honestidad de un periodista que lleva 10 años ocupando sus tertulias con amigos personales de Llorente, alabando su gestión como un cura alaba al señor, y que luego le riega su ego con una entrevista amistosa cuando la filtración de la DD le pinta la cara al gestor?, ¿Por qué tengo que aguantar que un tipo me venga con las virtudes de Wenger y el Arsenal cuando él sería el primero en poner a parir al hombre que llene el VCF de franceses representados casi todos por el mismo agente?, ¿Por qué me tengo que fiar de las buenas intenciones de los mismos que llevan desde agosto utilizando las sillas naranjas de Mestalla para reírse de Salvo?, ¿Por qué hay que confiar en alguien que gana gran parte de su sueldo con un anuario que está financiado por Bankia y la Diputación de Valencia, y cuyos negocios personales dependen de mantener una relación amistosa con la entidad financiera?, ¿Por qué todos los que amaban a Albelda odian a Salvo?, ¿Por qué todos los que amaban a Llorente odian a Salvo?, ¿Por qué me tengo que creer a los que odian a Salvo?, ¿Qué ha hecho Salvo para ser amado tan salvajemente?, ¿Qué ha hecho Salvo para que le odien tan salvajemente?, ¿Por qué me tengo que fiar de lo que digan los que se han callado con Soler, con Soriano y con Llorente... y que han descubierto el habla con Salvo?, ¿Por qué me tengo que fiar de los que no dijeron nada de la Fundación de Társilo Piles y ahora arremeten contra la actual?, ¿Por qué Llorente durante cuatro años, cobrando 400 mil euros y sin solucionar ningún problema real, tiene tan buena prensa y Salvo que apenas lleva 6 meses tan mala?, ¿Por qué tenemos que aguantar que quieran vender el VCF y no saber absolutamente nada de aquellos que lo quieren comprar?, ¿Por qué no vale ningún refuerzo fichado este verano?, ¿no valen de verdad o no queremos que valgan por temas inconfesables?, ¿Por qué solo interesa saber si el VCF ficha en enero o deja de fichar cuando el club está para cerrar y sus problemas son otros?

¿Por qué me tengo que creer a un presidente que convoca a las masas bajo el lema “El VCF es tuyo” cuando está vendiéndolo a un empresario de Singapur?, ¿Por qué me tengo que creer lo que diga un presidente que dice en una junta de accionistas que Bankia no es nadie para vender el VCF cuando horas antes estaba en Bankia presentándole una oferta para comprar el VCF?, ¿por qué nunca pasa nada cuando nos mienten en una junta de accionistas?, ¿Por qué me tengo que creer que la oferta de Lim es la mejor si no sé nada de las otras ofertas?, ¿Por qué me tengo que creer que las otras ofertas son mejores que la de Lim? A quién tengo que tomar en serio: ¿al que dice que Lim está descartado?, ¿al que dice que la de Lim es una buena oferta?, ¿al que dice que la oferta de Lim es un folio sin desarrollo?, ¿al que dice que la de oferta de Lim ha pasado a la segunda fase? o, ¿al que dice que es un dossier en el que hay hasta un plan social para la Fundación? ¿Si tan seguro está Salvo de la oferta de Lim por qué se ha negado a cumplir el protocolo marcado por el banco saltándose a KPMG?, ¿ es KPMG una máquina del mal utilizada para  cobrar comisiones?, ¿Por qué Salvo se está tomando todo esto como algo personal?, ¿hay algo personal contra Salvo en todo esto?, ¿Fernando se presentó como candidato por su valencianismo o por su resquemor personal hacia Llorente?, ¿Por qué todo el mundo quiere ser presidente florero y al único que al que se le afea es a Salvo?, ¿Por qué es legitimo que Rus sea presidente florero sin haber puesto un euro en el VCF y está mal que lo sea Salvo, cuando ha sido el único que encontró un inversor para solucionar los problemas económicos del VCF?, ¿Realmente Lim arreglará los problemas del VCF?, ¿cómo solventará la deuda del club si mañana entra en el accionariado del VCF? ¿Qué sabemos realmente de las intenciones de Lim?, ¿Y de las intenciones de los demás?, ¿tiene Lim proyecto?, ¿Por qué los Toldrá eran malos y ahora Salvo se coloca a Mendes como asesor espiritual?, ¿Qué piensan de todo esto en la Fundación?, ¿Por qué nadie de la Fundación explica cómo les han dejado vendidos los mismos que los pusieron?, ¿si se sienten traicionados por qué no dimiten?, ¿Por qué nadie dice nada y todos se callan para ir hablando por detrás?, Si nadie sabe nada, ¿Por qué todo el mundo habla como si estuviera debajo de la mesa con un taquígrafo?

El proceso de venta del VCF está siendo estresante, sacando la peor cara de todos nosotros; y lo más triste es que amenaza con no acabar cuando se firme la venta al señor X. Si hay algún tipo de de vida inteligente en todo este merder se le agradecería mucho que pusiera calma en lugar de incitar a la crispación, que tuviera altura de miras en lugar de mirarse su propio ombligo, que ejerciera de líder en lugar de cacique, que fomentara la unión en lugar de la división, que respetara a la institución en lugar de respetar su propio ego. Que quisiera un poquito al VCF en lugar de quererse a él solo. Que se pusiera a informar en lugar de desinformar. Desconozco si todos los agentes implicados son conscientes de la imagen que están dando, pero está siendo bochornosa, de una bajeza indescriptible. En estas situaciones el entorno del club nunca ha sabido estar a la altura de las circunstancias, y ésta, está siendo una nueva demostración de ello. Pero qué más da, pedir aquí que actúen como se espera de ellos es como pedir que llueva en el Sáhara. Una gilipollez.

21 de gen. 2014

Pizzi té cosetes


Los tres, ahora los cuatro, parecen sacados de El Gran Lebowski. La corpulencia de Juan Antonio Pizzi casa más con brazos tatuados y chupas de cuero desgastadas a la penumbra de las barras de bar que con trajes; con traje, canta que Pizzi no es un vendedor de seguros, que él ha salido de la calle, de aquella calle en la que vendía helados de chaval y que usaba para montar rifas con las que financiarse la vida. “No es un entrenador demagogo” dicen de él en Argentina, es tan 'así' que le dio por presentar su dimisión tras una mala racha coronada con un doloroso 3-0 en la final de la copa argentina, pero le dijeron que no. Que tenía al 'plantel' tan enamorado que era tontería deshacerse de él. El campeón argentino se une a la colección de técnicos sudamericanos que han vuelto a la LFP tras años de ausencia. Llegados para aportar decencia a un fútbol anclado en la producción en cadena, al todo igual, para aportar ideas a un campeonato carente tanto de ellas como de alternativas, a un fútbol que perdió la autenticidad para mutar en una imitación barata. Y para sobrevivir, deberá enamorar a una plantilla que no se quiere ni a ella misma.

En apenas tres semanas, con la premura de un chico ansioso, ha tirado de libreta modificando dibujos, divirtiendo al Cholo, que se queja siempre de que no ve variantes en sus rivales, que todos hacen lo mismo y que eso aburre. Del Levante a Málaga hubo cambios de jugadores, y también de disposición, pero las ideas se mantuvieron durante el camino, y se mantuvieron bien, lo que dice mucho de todo ello. La mejor virtud demostrada hasta ahora por el nuevo inquilino del banquillo ha sido la rapidez con la que ha inculcado conceptos básicos, mejor desarrollados con más tiempo, pero que ya se reconocen a simple vista. Uno de los más visuales es el cambio de orientación, a las espaldas del enemigo, cuando el rival bascula para presionar tu salida en banda. Casi nunca se ha ejecutado bien; casi siempre, de haberse hecho, se hubiera encontrado la gloria. Pero siempre se intentó. Pizzi soñó toparse con Tino Costa pero ha ido encontrándose con tipos incapaces de poner un balón a 10 metros sin parecer gentes con problemas de nutrición.

Mientras espera que algún día alguno sepa lanzar un córner que llegue a destino se ha preocupado en mejorar los defectos de un grupo que llegó a no saber ni posicionarse en el campo. Hay ciertas similitudes con el VCF de Valverde, pero similitudes nada más. El vasco parió un equipo más junto, y más estrecho, ideal para un juego más directo que elaborado. Pizzi, sin embargo, prefiere ocupar todo el campo, elaborar rápido, dándole movilidad a un estilo que hace participar a más jugadores durante el partido, evitando con ello relajaciones innecesarias. Con Juan Antonio el futbolista está obligado a la concentración durante los 90 minutos. Este equipo ya muestra saber hacer con y sin balón. Aún así todavía es incapaz de aprovechar unas bandas, que nos dicen cuando quieren usarlas, que por ellas se aumenta en mucho la efectividad y el peligro en área rival. Quizá ese es todavía el punto negro que queda por corregir. Y es el problema por el que este equipo siguen sin encontrar la profundidad necesaria cuando cruza el medio campo. Porque además se cuentan con piezas que no pegan en el vals. Para la idea que ha traído el ex de San Lorenzo se necesitan delanteros que generen sus propias ocasiones, y ahí tenemos a Postiga, un tipo que forma parte de esa raza que el fútbol moderno ha puesto en peligro de extinción; un delantero rematador, un 9 de toda la vida, al que le hacen salir del área para jugar con los pies, para generarse él sus chances, cuando su estirpe siempre fue de vivir en el rectángulo, a la espera de que le dieran una pelota que poder empujar a las redes. 

Pero el rasgo más inteligente, puede que el más destacado, que se le ve al entrenador es su actitud. Pizzi ha sabido mantener las distancias, delegar en un cuerpo técnico que no solo se reparte el trabajo sino que también sabe compensarse en los caracteres, en los tratos con el vestuario. Todos saben qué son y cuál es su papel, quien ejerce de motivador, quien es el poli malo, quien es psicólogo, y sobre todo, quien manda y hace notar su mando. Porque todo esto, más allá de trabajar un sistema, va más de saber llevar un vestuario; y no un vestuario cualquiera, sino un vestuario que ya se ha cargado a dos entrenadores y medio. Sobre ese punto es sobre el que los nuevos jefes del banquillo van a edificar su imperio, porque no solo han sabido ordenar los roles y las cadenas de mando en la caseta, también les están haciendo ver que su trabajo da resultados sobre el campo, que les permite salir a jugar los partidos sabiendo lo que hacer y cómo hacerlo. A poco que se ganen dos encuentros más Pizzi ya será un líder ahí dentro. Y lo será porque ya ha aprendido de la vida, supo de la ingratitud del fútbol cuando dos partidos con Rosario Central echaron por la borda toda una temporada, llevándoselo por delante a él también; sobrevivió en Boedo al caso Aguilar y a la detención de su portero Migliore, sobrevivió en el Gasómetro al hijoptismo más caníbal domándolo con más hijoputismo canibal; Pizzi viene aquí tras ganar la guerra del Vietnam,  y la ganó convirtiendo a sus enemigos en correligionarios de su fe.

Pero hasta que se gane este trono hay cosas por mejorar. Estas tres semanas han dejado la sensación de que este, de momento, es un equipo más local que visitante. Hasta ahora las sustituciones en pleno partido, salvo ante el Atlético en Mestalla, no han servido para cambiar casi nada; a diferencia de lo visto durante la interinidad del vasco de Extremadura, que a golpe de sustituciones cargadas de ideas era capaz de arreglar el partido hasta ganarlo. Es más local que visitante porque de visitante no ha sabido mantener su propuesta durante 90 minutos. Tanto en Vigo como en el Calderón la línea de presión, el eje sobre el que se ha sustentado este cambio, la que le ha permitido robar más balones y robarlos mejor para ser superior al contrario, ha ido subiendo y bajando para cambiarte la cara durante el proceso. El VCF visitante de Pizzi siempre fue mejor cuando mantuvo la presión alta, y empezó a sufrir cuando, vaya usted a saber por qué, la retrasó unos cuantos metros. Ahí, nunca supo cómo quitarse de encima el dominio rival para recuperar el protagonismo en el juego; evidenciándose ahí las carencias de un grupo que todavía no está preparado para ganar sufriendo.

Pizzi exige intensidad, la misma que le pone él a sus estripties en la banda, porque sabe que sin ella no hay rival vencible. Quizá llegue tarde, hace mucho que sus pupilos perdieron la costumbre de jugar junto a ella, pero a cuentagotas se le va viendo, se le va viendo y nos va dejando ver cuando se hace uso, que el nivel del equipo aumenta en mucho, tanto, que es capaz de merendarse a un Atlético superior hasta en las ventosidades a este VCF. En Málaga dio una vuelta más a su manual liquido, introduciendo un nuevo centro del campo con Banega, Parejo y Romeu, un tridente en la medular que elevó el nivel del grupo varios puntos mientras les duró el fuelle, sin gasolina, el centrocampismo desapareció y el partido se convirtió en un correcalle que no se ganó porque en los metros finales sigues sin ser nadie. En estas tres semanas Pizzi no es que haya inventado la pólvora, ni haya revolucionado el fútbol, solo aplicó trabajo, constancia y coherencia, tres simples ingredientes capaces de resucitar a un muerto, tan valiosos en el fútbol porque no siempre son bienes fáciles de encontrar. Pizzi té cosetes, ahora falta que pase de promesa a realidad.

16 de gen. 2014

¿A qué han jugado contigo, VCF?

Hay que reconocer que el recurso demagogo, como guinda a este montón de desechos, no está mal. Pero si el VCF deja de pertenecer a los valencianos – también habría que preguntarse si alguna vez nos ha pertenecido – es gracias a la burguesía local. La misma que ha tenido décadas para dar un paso al frente, pero que en lugar de tomar las riendas prefirió seguir escondida en su agujero; y también, por culpa de esa otra rama menos pudiente, más casposa, que ha utilizado al club como su escupidero particular, con el que jugar a su antojo ante la silenciosa mirada de muchos de los que hoy enarbolan la lagrimita patriótica. Señores burgueses, con el VCF se han metido el quinto gol en propia puerta en lo que va de partido. Algunos hemos llegado a tal punto de hartazgo que si mañana nos dicen que el club cierra no íbamos a sentir ni frío ni calor; a veces incluso llegas a sorprenderte al desconocer contra quién se juega el próximo fin de semana o qué día es el partido, y no precisamente por el caos organizativo de la LFP. Son tantos años de insidias, que el vía crucís va haciendo mella en la moral, el vaso está a una gota de colmarse.

Es de suponer que al militante le importa tres pepinos en manos de quién recae la propiedad de la SAD. La situación ha llegado a tal punto que todo el mundo tiene asumido que en las actuales circunstancias el destino del club es morir tras una larga y dolorosa agonía. Solo se ven números o resultados, porque poca gente le echa un vistazo al mayor drama que está viviendo esta entidad, que no es otro que las generaciones de aficionados que está perdiendo en su propio bastión. En apenas cinco años hemos visto como en el campo del Levante apenas se levantaban cuatro personas para celebrar los goles madridistas a ver un estadio lleno de adolescentes portando camisetas blancas. Estampas parecidas se empiezan a vivir en Mestalla, donde media tribuna se levanta con los goles del duopolio. Estampas que más que avergonzar causan dolor, porque muchos de ellos, por no decir la mayoría, acuden al estadio acompañados del padre, del abuelo o del novio/a, que se visten con su bufanda valencianista. En colegios que antaño no conocían extraños, ahora solo se ven blaugranas. Si el futuro propietario, por una de aquellas, resulta una estafa, habrá que darle las gracias por acortar los plazos de ejecución de una sentencia a muerte ya firmada. Si viene a construir, nos habrá regalado un futuro que hoy no tenemos. No hay nada que perder, el VCF ya está condenado.

Llorente, ¿Por qué no te callas?

Y uno de sus verdugos es este personaje. Un ser repulsivo que en lugar de agachar la cabeza cuando una filtración le destapa las vergüenzas sale a perdonarnos la vida : “Pude haber cobrado mucho más del VCF”, “El VCF conmigo estaría mucho mejor”. Habrá que recordarle que su poder accionarial, y su modus vivendi, lo ha conseguido gracias a su sueldo en el club, del que lleva viviendo la mitad de su vida, un aspecto, por cierto, que muchos le afearon a Paco Roig; Llorente entre ellos. Puede que la cofradía de la venda en los ojos se haya sorprendido al ver las informaciones que publicó Las Provincias estos últimos días; en realidad, la información no viene más que a confirmar lo que mucha gente venía tiempo avisando sobre Llorente. Un tipo que ha jugado con el club a conveniencia, para pagar favores, cobrárselos y enriquecerse. Es muy curioso que mientras a Juan Pablo Molinero – exdirector de marketing, y no de la cuerda de Llorente – se le indemnizara con 26 mil euros, a María Vanacloig – su sucesora –  se le indemnizara con 46 mil euros. Minucias comparado con el contrato blindado que le firmó a Damiá Vidagany. Gracias al gran gestor, el club, a parte de los 18 millones en intereses de la deuda, ha tenido que destinar 13,7 millones a pagar indemnizaciones regaladas para proteger a su guardia pretoriana.

Salvo, ¿Por qué no hablas?

Un día de estos, se le acabe el idilio con Peter Lim o se lo alarguen, Salvo deberá salir y dar explicaciones. Muchas. Para empezar deberá explicarnos por qué una vez vistas las tropelías que apunta la Due Diligence prefirió callarse. El simple hecho de utilizar el club para endosarle 160 mil euros en preferentes de Bankia – que encima se han convertido en pérdidas – ya es motivo suficiente para salir a pedir explicaciones a los responsables. Los contratos e indemnizaciones firmadas, fuera de mercado, sin justificación y  dadas sin el consentimiento del consejo de administración, pueden considerarse administración desleal, como mínimo. Puede que en un tribunal no llegara a nada, pero en una junta de accionistas, por higiene y lealtad a la SAD, deberían haberse pedido responsabilidades. Callarse le convierte en cómplice. Cuando nos cuente esto, también deberá explicar su actitud en la junta de accionistas del pasado 10 de diciembre. Relatarnos, a ver si lo entendemos, por qué se mostraba indignado por el comunicado de la entidad bancaria, incitando a las masas a la resistencia ante la venta, cuando días atrás estaba reuniéndose con el banco, junto a Peter Lim, para hacer una oferta de compra por la SAD. “Se me quedó cara de gilipollas” dijo Aurelio Martínez cuando se enteró, y no es el único al que se le quedó dicha cara. También deberá contarnos, si realmente el propósito de Lim es comprar las acciones y saldar la deuda del club vía ampliación de capital, para qué le hace falta Bankia, o por qué estar perdiendo el tiempo en procesos de compra de deuda de un banco intervenido y de titularidad pública. Personalmente, a Salvo nunca le he visto malas intenciones. Pero su estrategia comunicativa es algo caótica y contraproducente para sus propios intereses. Habla demasiado y no siempre sabe hablar bien, ni en el momento oportuno.

Ola Bankia, ke ase?

De un banco que estafa a enfermos mentales y jubilados analfabetos no se puede esperar decencia. Pero no estaría mal, como pregunta, intentar que nos explique en base a qué regla de tres pasó de querer vender el club antes del día 31 de diciembre a enfriar y alargar el proceso sin motivo aparente. Según dicen los entendidos en esta clase de concursos, éstos, no se inician si no hay al menos un candidato asegurado. Y que se sepa, el señor Lim apareció a finales de noviembre, y con anterioridad, ya irrumpieron los fondos de inversión en los que trabajan empleados de Bankia como representantes legales. ¿Realmente era necesario prolongar esto 4 meses? No hay ser humano en sus cabales que se fíe del banco, comprensible, viendo su historial y su actitud, porque no hay mayor irresponsable que él en todo este embrollo. Ha sido capaz de engordar la deuda con la Fundación para auto-pagarse intereses, de negarse a buscar e imponer una solución, de incitar a la venta cuando ha tenido tiempo y tranquilidad para ello, pero no quiso, acabando ahora en una maratón caótica de urgencias y alargamientos cuando por primera vez en cinco años 'su cliente' por fin le presenta un plan para afrontar su deuda. Y todo tras tener pactadas, meses atrás, las condiciones para una refinanciación que luego ha repudiado.

La Fundación

A esta Fundación, a esta, la nacida en Mayo de 2013, no se le puede reprochar nada. Solo despedirla con aplausos y agradecimientos. Bien o mal, románticos, idealistas, o póngale la etiqueta que prefiera, han sido los únicos que han trabajado, y muchas veces para recoger ingratitudes, para encontrar soluciones. Podían haberse ido de vacaciones a Cuba o de comilonas a Turís, pero se pusieron a buscar soluciones. Muchas, muy buenas. Otras no tan bonitas o agradables, pero soluciones al fin y al cabo. Curioso que a estos se les haya exigido la luna, cuando en años, la Fundación ha sido un ente ignorado, al que nadie prestaba atención, ni mucho menos se le exigía nada a unos responsables irresponsables. Y eso, que los actuales dirigentes del ente no han creado el problema, ni  desperdiciado cinco años para buscar alternativas. La asqueante rueda de intereses y las tropas de oportunistas que rodean al club devoran con una facilidad la realidad que llega a asustar.

El fin

Con la temporada acabada, sin nada que hacer en liga, más que esperar a ver en que vergonzosa posición acaba el equipo (¿8º o 10º?), sin demasiadas esperanzas en una Europa League en la que hasta el Dynamo de Kiev tiene mejor plantilla que la tuya, el único aliciente para no abandonar esto es a ver qué o quién se convierte en el primer propietario privado/real en la historia del club, y que futuro nos dibuja. Es el único interés que mantiene vivo todo esto. Porque sinceramente, a uno, esto le empieza a cansar, a rondarle por la cabeza desaparecer y dejarlo estar. Hace demasiados años que el VCF no sirve para aportar un triste aliciente, ni una pésima buena noticia. Todo es incertidumbre, interrogantes, futuros negros, presentes asqueantes, gentuza pululando por los entornos. Solo queremos que llegue el fin de una vez, sea el que sea, pero uno. Pero que sea sin Llorente y sus secuaces.

14 de gen. 2014

Acuérdense de Pablo Piatti

El Messi de los pobres, lo llamó alguno. Puede que le calzara mejor otro apelativo, puesto que nunca demostró ser nada del otro mundo en un campo de fútbol portando la elástica blanquinegra. Pero fuera de él ha dibujado trazos, finas pinceladas difíciles de apreciar en la vorágine, que le han servido para ganarse el respeto, quizá no de todos, pero sí de muchos. Hay que decir que tampoco tuvo demasiada suerte, cuando el verde le hizo un llama-cuelga para contarle que le daba vía libre hacia la élite se rompió el brazo al caerse de una chilena en una Ciudad Deportiva abrasada por los calores de la pretemporada, cansada de verle hacer méritos para iniciar un año que era su año. Luego, nos visitó el caos, y a él, un matasanos de los de verdad. El duendecillo de La Plata llegó con el propósito de convertirse en un especialista, en un aprovechador de los espacios libres que suelen esconder las espaldas de los defensores, pero la montaña rusa en la que se sumió el banquillo del club fue cerrándole las puertas por orden de unos dominadores de partidos que demostraron ser incapaces de dominar su propio discurso.

Piatti, especialmente Piatti, ha sido el que más ha sufrido la eterna indefinición de un roster que va y viene como van y vienen las hojas arrastradas por la brisa otoñal. Ahora para allá, después para acá... hoy a tres toques, mañana a cincuenta y seis. Es difícil, al verle corretear por ahí, no pensar que su estatura le penaliza. En demasiadas ocasiones merienda caderas de contrarios, convertidas ya en agresivas bolas de demolición que le envían al suelo con un simple gesto. Si vistiera el verde, sería complicado no confundirlo con un Hobbit vagando por La Tierra Media. Ese es su rasgo más destacado, no desfallecer, seguir intentándolo. Lo hinchan a patadas, se pasa el día besando la lona, pero una y otra vez vuelve, hasta el punto de colarse entre gigantes y meter goles de cabeza. Eso sí merece un Balón de Oro. Este año ha sido especialmente duro para él, denigrante incluso. Ha tenido motivos para rendirse, para dejarlo todo, para llevar al club a los tribunales, para declarar una intifada y convertir Paterna en la Franja de Gaza. Pero prefirió ponerse a trabajar para acallar a sus defenestradores, a ponerle guitarrita y sombrero al mal tiempo.

Del petiso y su negativa a dejar el equipo este verano se pueden decir muchas cosas, pero cada cual es libre de defender su contrato como estime oportuno, que es su carrera en definitiva. El jugador puede considerar, aunque desde fuera pocas veces se tengan en cuenta estos aspectos, que vale más jugar aquí esporádicamente que ser titular en cualquier equipucho de la estepa ucraniana. Piatti ha sabido resistir, y eso, en fútbol, es vencer. Se puede creer que la actitud profesional, ejemplarizante incluso, mostrada por el futbolista se tiene que presuponer, venir de serie, pero somos ya todos mayorcitos para entender que en un deporte de niños grandes, y egos gigantescos, eso no es así. Cualquier otro hubiera incendiado Troya si le quitan el dorsal, le amenazan con rebajarle la ficha o le sueltan en un off the record que lo pondrán a vender coca-colas.

Pablo prefirió mostrar un perfil bajo, el que le daba el trabajo diario y una fe ciega en sus posibilidades. A este no le han hecho falta cambios de entrenadores, ni llegadas de preparadores físicos 'molones', para empezar a correr lo que no ha corrido en años. Con unos y con otros dio siempre todo lo que tenía, y un poquito más, siendo el único en saber interpretar, las para muchos, encriptadas ordenes de Djukic. Ah, pero la fortuna... le falló la fortuna, de haberle mirado con más gracia le hubiera regalado un par de goles y alguna jugada con mejor final, para un mayor reconocimiento. Porque al género humano le gusta regodearse en la desgracia, dejando para la intimidad del ser los aspectos positivos de la vida. Si el argentino se hubiera convertido en un jugador rebelde hubieran corrido ríos de tinta para denunciar sus malas formas, llenando carretas de insultos, desprecios y denuncias quejándose de su actitud. Sin embargo, cuando un profesional decide dignificar el significado de esa palabra, se le ignora. Y ese positivismo reaccionario que entonó Piatti bien merece un aplauso continuado. Lo tuvo todo para echarse a perder y convertirse en una manzana podrida, pero no quiso hacer uso de los ingredientes que le pusieron sobre la mesa, le iba más demostrar con trabajo que se equivocaban con él. Sin levantar la voz, sin ir de divo por la vida, ha conseguido revertir una situación de la que muy pocos saben salir indemnes. Cuando se topen con una pataleta de dimensiones siderales, acuérdense de Pablo Piatti, del chico que prefirió agachar la cabeza y hablar en el campo.

9 de gen. 2014

La gatera d'esports a RTVV

Este artícle pretén posar llum al que durant anys passà a la secció d’Esports de Canal 9. Sé que el que ací es conta es molt semblant al que passà també a altres departaments de RTVV. Els meus companys no em deixaran en mal lloc llevant-me la raó. Acabat l’any vull trencar amb el passat i tot el que em nuga a la misèria viscuda durant els últims anys en el meu àmbit professional. Però abans, volia deixar escrit, ben claret, i negre sobre blanc la crònica dels fets. Ho faig com a teràpia i també per si algun dia pot ajudar a analitzar les causes objectives del sobredimensionament de RTVV i el seu brutal dèficit provocat pel desgovern i la lamentable gestió del govern del partit popular a la Comunitat Valenciana.

És possible que els pocs espectadors que encara veien la secció d'esports de Canal 9 no ho advertiren. És difícil vore més enllà del decorat, el maquillatge i la llum dels focus però la veritat és que la secció que molts anys abans fora model i referència s'havia convertit en un gueto totalment dividit amb quasi més caps que indis. Tot i dependre de la Subdirecció d'Informatius, feia molt de temps que Esports funcionava (és un dir) com un ens al marge de la dinàmica de la resta de la cadena. Són molts els càrrecs directius de l'empresa que no s'explicàven com era possible que al Departament els principals responsables no només no es dirigien la paraula sinó que a la mínima que podien es posaven la traveta. La situació no és nova. Ha passat molt en els últims anys especialment des que per la redacció van aparèixer noms d'infaust record per a la gran majoria de professionals que han treballat o han tractat de treballar allí. És el cas d'Alberto Gil (actual cap de premsa del Llevant UE, perdó de Quico Català). Va arribar a RTVV de la mà del seu gran amic Pedro García. Sense carrera de periodista (encara que ell tracta d'evitar que se sàpiga) però sí amb molta ambició i molts padrins va assolint una controvertida trajectòria en diversos mitjans de comunicació dels que (en la seua majoria) va eixir abans que el féren fora.

Com dèiem, va arribar a Esports ben recomanat i amb les idees molt clares. Ell no havia vingut a fer vídeos ni a lluitar en el fang (així ho deia obertament a qualsevol que li preguntara); el seu destí era superior: la Direcció del Departament. Però per aconseguir-ho abans havia de desbancar a Paco Lloret i Miquel Àngel Picornell, dos dels grans professionals que ha donat esta casa i que van ser víctimes del primer ERO il.legal. Per al seu propòsit, Alberto va trobar un gran suport en el que en aquell moment era el cap d'Informatius, Lluis Motes. Segur que recorden qui va ser (diuen que el seu fantasma encara s'apareix en algun dels corredors de la segona planta de RTVV). Entre les ganes de Gil de tocar poder i l'extrema vanitat narcisista de Motes, Lloret i Picornell van ser destituïts amb el consentiment i complicitat de Vicente Sanz (imputat i pendent de judici pels delictes d'abús sexual, assetjament i amenaces a tres periodistes de Canal 9) i Pedro García (Imputat dins de la investigació de la trama Gürtel per suborn, malversació, blanqueig de capitals, prevaricació i frau fiscal). Un poc més d'un any abans havia arribat al Departament, Pepe Mascarell, un més dels molts ex de la delegació d'Antena 3 a València que la cadena privada havia tirat al carrer poc abans i que trobaren refugi a Burjassot.

El cas és que "Pepito" va acabar aterrant també al Departament, sense deixar anar una en valencià, com Alberto, i sense cap intenció de fer-ho. També com Alberto, el seu pretès destí era un altre. Immediatament va passar a ocupar un dels despatxos de la secció com la persona que hauria d'imposar la nova estratègia a seguir a l'hora d'informar d'Esports a RTVV. Li van nomenar una mena de "cap d'editors", es a dir, la persona que havia ‘d’il.luminar’ tots amb la seua saviesa. Res de nou com hem vist no fa molt amb la Fórmula 1 i el cas Seara. Una altra vegada des de la casa es menyspreava o ningunejava el treball dels professionals que durant anys havien demostrat el seu talent, dedicació i esforç diari per tirar-se als braços del primer que ben apadrinat, naturalment, els prometera la lluna. I la lluna eren uns blocs d'esports on l'anècdota es va elevar a la categoria de notícia, en un continu de promeses incompletes, ganxos, esquers o ‘cebos’ i per descomptat material "pata negra" com ells mateixos es presumien de dir que en moltes ocasions, en realitat, no era més que productes escombraries baixats d'internet. Així la informació es va omplir de material de escassíssima qualitat amb imatges digitalitzades o pixelades, en moltes ocasions piratejades sense el més mínim rubor que en qualsevol televisió no hauria passat els mínims controls.

La nova estratègia "desinformativa" no va tindre en compte mai ni als professionals ni als espectadors als quals se'ls va tractar sempre com idiotes amb comandament a distància. Este constant menyspreu a qui mirava va vindre emparellat amb el també constant descens dels percentatges d'audiència que van caure de forma generalitzada fins arribar a límits mai sospitats. De tornada a la lluita per la principal poltrona cal dir, però, que entre el nou trio directiu a la cúpula de la secció (Motes, Gil i Mascarell ocupaven els principals despatxos d'Esports) van començar immediatament les disputes. La incipient Lola Johnson li guanyà el pols a Motes qui va perdre el poder quasi tan ràpidament com quota de pantalla. En el seu cas resultà especialment atrevit pretendre ser el "nou" presentador estrella del Minut a Minut sense saber que per això calia molt més que llegir un tele-prompter. I clar, la pèrdua del prestigi i d'audiència del programa insígnia del Departament va ser tot un fins esdevindre el que ara és o, més ben dit, ja no és. Mentrestant Mascarell i Gil continuaven lluitant per acumular-ne la major quota de poder dins de la secció. La millor manera era arraconar els redactors independents als que no pogueren acomiadar i anar teixint una tela de periodisme clientelar a base de nous fitxatges que a poc a poc es van anar incorporant a la redacció, tingueren o no carrera, parlaren o no valencià. Uns i altres van anar prenent posicions per ajudar els seus respectius amics a assumir el poder.

Curiosament i quan semblava haver-li guanyat el pols als seus rivals, Alberto Gil va deixar la direcció del Departament. Ho va fer l’estiu de 2010, molt poc abans que es descobrira l'escandalós repartiment de comissions per la retransmissió de la visita del Papa en què va resultar imputat, entre d'altres, el seu amic íntim Pedro García. Però quan tot semblava que la marxa forçada d'este hauria de beneficiar el bàndol de Mascarell, la sort en forma de carambola es va posar novament del costat dels aliats d'Alberto Gil amb el nomenament com a nou director de RTVV de José López Jaraba. L'ex d'ABC mantenia una estreta amistat amb Carlos Egea i David Torres però especialment amb Javi Doménech (amb qui va coincidir en la redacció valenciana de ABC). Així les coses, desaparegut Gil i amb Motes condemnat a l'exili de Ràdio 9, Mascarell, protegit per un Vicente Sanz que encara no havia “caigut en desgracia”, va mantindre el seu càrrec però va perdre de nou l'assalt final per ocupar el principal despatx de la redacció. Este honor va recaure en la figura de Carlos Egea que ràpidament en va repartir despatxos als seus amics. Mai va exercir com el seu càrrec exigia. Va mantindre castigats a un gran nombre de professionals sense parar-se’n a pensar ni tan sols en el frau que això suposava per a les arques públiques. Sense cap experiència en el mitjà es va limitar a delegar la gestió real dels informatius en el propi Mascarell en un tàcit pacte de no agressió. Durant els dos últims anys, però, la situació es va enrarir fins a uns extrems inimaginables que, especialment des de la fugida de López Jaraba i una volta executat el primer ERO va esdevindre irrespirable. Sense el mantell protector del Director i amb Doménech afectat momentàneament per l'ERO, Carlos Egea i David Torres van vore com la seua continuïtat al comandament de la nau estava més qüestionada i amenaçada que mai.

Mascarell ja preparava la promesa d'una lluna nova quan tots sabiem que es tractava de la mateixa "cabra coixa" que portava venent des de feia huit llargs anys i les seues escasses prestacions van quedar més que en evidència. En una redacció reduïda a la meitat d'efectius per l'ERO existia en eixos moments (estiu de 2013) almenys una desena de càrrecs amb diversos plusos, complements, telèfon mòbil corporatiu o disponibilitats de tota mena. Un fet fàcilment constatable que xocava almenys amb la nova estratègia de contenció de despesa que la nova Directora General li volia donar a la nova empresa. Pel camí havien quedat, en un primer moment, grans professionals que, havent demostrat la seua competència, van ser acomiadats de manera inmisericorde. En la redacció quedàvem ja tan sols un grapat d’excompanys desorientats alguns dels quals vam perdre també no poques coses abans de perdre també el treball. Uns quants la dignitat, altres tants l'autoconfiança, la majoria el prestigi professional i tots, sense excepció de cap tipus, el reconeixement i suport social. Finalment Mascarell ocupà el desitjat despatx com a Cap del Departament però el seu regnat durà tan sols uns mesos. Amb l’anunci del tancament de la televisió molts professionals del departament es llevaren la vena dels ulls i també la por a perdre un lloc de treball ja perdut; una por que es traslladà directament als responsables del Departament. Estos, amagats al despatx del Cap no s’atrevien a eixir ni tan sols a donar la cara. La seua estratègia continuava siguent la del silenci còmplice a l’espera que en un futur, tal volta no molt llunyà, seran recompensats. Amb el temps ho vorem.

(*) Ricardo Cobo és periodista i extreballador de RTVV

6 de gen. 2014

Vincent Tan, ya no molas

La pasada primavera los amigos de Lineker Magazine me pidieron un reportaje de cuatro páginas para su número XI. Por entonces, el Cardiff tenía encarrilado su primer ascenso a la Premier League tras 50 años de ausencia. Así que decidí centrarme en el club galés por una cuestión que me llamaba la atención. Meses atrás, un empresario malayo había llegado al club para salvarlo de la desaparición, y desde el primer minuto, el hombre del bigote se puso a tomar medidas un tanto sorprendentes. La primera de ellas fue cambiarle los colores y el escudo al club alegando motivos comerciales «para hacerlo más atractivo de cara al mercado asiático» dijo, donde el rojo y los dragones forman parte de la cultura popular. Sin embargo aquellas historias de luchas, cambios y tiranteces no tenían cobertura mediática, nadie se llevaba las manos a la cabeza porque un excéntrico propietario usurpara la identidad de un pequeño club galés. Es más, los casposos gestos del empresario eran recibidos con alegría y risas por la mayoría. Técnicamente, el Cardiff es una entidad refundada. Pero, con todo ello, lo que más me llamaba la atención era la parsimonia con la que afrontó el asunto la hinchada local. Apenas un grupúsculo de aficionados levantaron la voz, y encima, les sirvió para recibir amenazas y vacíos por parte de la mayoría silenciosa. Esa situación se ha mantenido así hasta que Vicent Tan se propuso acabar con Malky Mckay, un joven entrenador escocés que se convirtió en héroe y referencia para los aficionados por sus trabajo al frente del equipo. Deshacerse de Mckay ha traído una oleada de reacciones sorprendentes. Los que callaron ante el cambio de identidad ahora arremeten contra el malayo, incluso usando la camiseta roja como pretexto para criticarlo por sus formas despóticas de llevar el club. Los aficionados que nunca apoyaron al Keep Cardiff Blue, ni a otras entidades que han luchado desde el principio contra la situación, se han subido al carro para atacar a Tan tras echar al ídolo de los banquillos. Me parece interesante recuperar la historia de cómo estaba Cardiff la pasada primavera, todavía con el cadáver de la camiseta azul caliente. Al reportaje lo titulé 'Ciudad de pájaros azules y dragones rojos'.

***

Con los brazos extendidos y alzando al cielo de Gales una bufanda roja Craig Bellamy mira a cámara con rostro de satisfacción, hace escasos minutos que el árbitro ha señalado el final del encuentro que oficializa el ascenso del Cardiff City a la Premier League. Es la instantánea que inmortaliza el éxito de una institución que un año antes se encaminaba hacia la bancarrota debido a sus monstruosas deudas. Bellamy, hijo de la ciudad, legitima la traición con ese simple gesto. Para Scott Thompson, del Keep Cardiff Blue (KCB), la escena resultó vergonzosa: «Viendo aquello por la televisión me di cuenta de que el Cardiff había muerto definitivamente». Nueve meses antes, en el primer partido que el equipo galés saltaba con su nueva piel al terreno de juego, el graderío recibía a los suyos entonando su grito de guerra: 'bluebirds, bluebirds'. Eran tiempos en los que la entidad había prohibido la manifestación de sus aficionados a las puertas del recinto para protestar por el cambio de colores, impuesto tras la llegada del nuevo propietario del club. Había nacido el movimiento para conservar la identidad histórica de la institución, y con ello, una silenciosa división entre los propios supporters.

En Ivor Davies – un pub cercano al estadio – Darren y Warren, padre e hijo, tienen que soportar miradas y lidiar con comentarios. Son los únicos entre esas cuatro paredes que lucen el dragón. El viejo acude al fútbol desde 1957, su hijo, nacido en 1974, no se ha perdido ningún encuentro en 30 años. Ambos, abrazan con orgullo el color impuesto por Vincent Tan. «Los tradicionalistas siempre tienen por lo que quejarse» espetan sin rubor. Ambos han conocido Ninian Park con menos de tres mil espectadores en las divisiones más bajas del fútbol inglés «entonces no vi a ninguno de estos por allí, prefieren ver al Cardiff en quinta división que verlo entre los mejores», afirman. La actitud de esta peculiar familia puede considerarse pragmática, aunque no deja de ser una posición sumisa ante la pérdida de identidad de la institución. Y no son los únicos que piensan así.

En el exterior, empiezan a verse niños luciendo el número 10 con la indumentaria impuesta, y en las gradas, atentos al encuentro que les devolverá a la Premier tras 50 años de ausencia, se vislumbran pequeños puntos colorados entre un océano azul. El magnate asiático se pasea por los alrededores mientras los curiosos piden hacerse fotos con él. Sólo han pasado doce meses desde su llegada y ya empieza a ser aceptado. Visto desde fuera, cualquiera puede darse cuenta de que en Cardiff todo el mundo está haciendo la transición. El autobús que transporta a los héroes por la ciudad inicia su diseño en cobalto para fundirse en un degradado con el rojo; mientras, las uniformadas calles visten la tradicional camiseta para ondear con la mano los símbolos de la nueva etapa. El caso galés ha abierto un debate en Reino Unido, los 'Supporters Trust' llevan años solicitando a las autoridades una modificación en la ley para evitar dichas situaciones: «El fútbol debe ser protegido como parte de la cultura británica, el gobierno debe salvar a las instituciones de sus dueños, pero no lo hacen porque consideran esto un negocio, debería existir una regulación». Se quejan. De momento, nadie quiere escucharles. Incluso The Football Association (The FA), que tiene la potestad para autorizar o denegar cambios de nombre, traslados de ciudad y modificaciones en emblemas y colores, hace la vista gorda, aceptando con una actitud funcionarial los caprichos de los dueños. «Nos sentimos indefensos ante estos monstruos», es el lamento que expresa una militancia que ha generado todo un fenómeno emergente en las islas, la de los clubes fundados por aficionados desencantados con las entidades tradicionales.

Para los militantes del KCB no ha sido un año fácil. Durante todo el curso han tenido que ver como las hinchadas visitantes mostraban pancartas haciendo mofa de la situación. '¿Esto es Wrexham? Creo que nos hemos equivocado de ciudad' se podía leer en algunas de ellas. Aunque lo más duro ha sido la indiferencia de su propio público ante la situación. Mike Roderick, uno de los cabecillas del KCB, sufrió un intento de agresión cuando los hooligans del Cardiff Soul Crew irrumpieron en la reunión que mantenían en las entrañas del estadio mientras trataban formas de lucha para la conservación de los colores históricos de la entidad. «Si hacéis que al Cardiff le pase algo seréis vistos como el enemigo» le dijeron. A pesar de que las preferencias por el azul son extensas, entre gran parte de los aficionados pesa más la dureza del escenario que estarían viviendo si Vincent Tan no hubiera aparecido para solventar los más de 100 millones de euros de deuda que llegó a acumular la institución. Así, el Keep Cardiff Blue apenas cuenta con apoyo local. Incluso en facebook sólo suman 1220 'me gusta' – a fecha que se escriben estas líneas –,  siendo la mayoría de ellos provenientes de otros puntos del continente.

Pero Tim Hartley va más allá, siguiendo el ejemplo de sus vecinos de Swansea, este aficionado capitanea un fideicomiso que pretende adquirir un paquete de acciones que den fuerza y voz a los aficionados en la toma de decisiones. «Es mucho más que conservar una camiseta u elegir otra, se trata del cada vez más pronunciado desprecio al aficionado en el fútbol», afirma. Mientras el rebranding fue impuesto por el dueño sin consulta previa, para su estreno en la máxima categoría Tan ha pedido a los aficionados que elijan el color del pantalón que lucirán durante la 13/14. La consulta, que se podría tomar como una provocación, ha tenido cierto éxito entre una masa social que no hace demasiado consideraba irrelevante que le preguntaran.

Pero lejos de estar ante un caso aislado nos encontramos con un problema típicamente británico. La transformación en empresa para dar rienda suelta al filántropo victoriano nació en 1885, moldeando una mentalidad comercial en el fútbol de las islas hasta acostumbrar a sus aficionados a vivir este tipo de situaciones sin demasiados traumas. Aunque las formas están variando. Lejos del empresario local de fortuna han pasando al propietario extranjero que hace prestamos al 7% de interés a cuenta de las finanzas de la sociedad. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar una afición con tal de asegurar la supervivencia de su club? El caso del Cardiff City se presenta como un experimento sociológico bastante interesante. En estos casos se demuestra que la mayoría prefieren anteponer la viabilidad de su equipo por encima del rasgo identitario, contribuyendo, sin importarles, a la lenta degradación de la cultura futbolística a la que pertenecen.

Pero, ¿Estamos siendo los aficionados modernos demasiado tremendistas? El propio Cardiff City cambió su nombre y los colores de su equipación hace 90 años sin ningún tipo de trauma. ¿Sería posible hoy en día que el Newton Heath dejara de forma pacifica el amarillo para pasar a llamarse Manchester United y vestir de rojo? A lo largo de la historia casi todos los clubes que hoy consideramos tradicionales han cambiado su nombre, sus escudos y colores sin verse inmersos en ninguna guerra con sus aficionados. Probablemente ese hecho hoy no sería tolerado. Y no lo sería porque el grado de identificación va más allá de lo material gracias a la tradición. En los albores del fútbol este deporte era puro entretenimiento, sin demasiado arraigo entre las poblaciones que daban cobijo a los clubes. Con el tiempo, ha evolucionado hacia algo más profundo formando ya parte de nuestra memoria colectiva como sociedad, siendo parte de nuestra propia identidad como individuos.

Scott Thompson hace un año que no acude al estadio «para mí, el Cardiff desapareció el pasado verano», ahora rellena el hueco que le ha dejado el fútbol con el rugby. Para Tim Hartley y Mike Roderick algún día el City volverá a vestir el azul. Mientras, la ciudad vive en una dicotomía imposible entre los que anhelan recuperar una personalidad sustraída, anteponiendo la autenticidad aunque con ello tengan que jugar en la peor de las categorías existentes; y el sector sumiso, que con tal de asegurar la supervivencia de su club aceptan hasta asimilar la suplantación impuesta. Cardiff ya es una ciudad de pájaros azules y dragones rojos.

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